Imagen de la cabeza de una persona mostrada de perfil y dentro de ella dos engranajes, encima de ella un símbolo de prohibido, todo ello representando las creencias limitantes.

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Creencias limitantes: como superar pensamientos que te impiden crecer

¿Ya has dejado de intentar algo nuevo porque pensaste que no serías capaz? Este comportamiento se relaciona con las creencias limitantes.

Florencia Bevacqua

24/06/2022 | Por Florencia Bevacqua

Seguramente alguna vez has oído alguna frase como “si quieres cambios verdaderos, haz las cosas de manera diferente”, en definitiva, esta frase podría definir bastante bien el tema del cual hablaremos hoy, las creencias limitantes.

¿Cuántas veces has querido hacer un cambio en tu vida pero no te atreves a dar el primer paso? Es que muchas veces —¡muchísimas!—, dejamos de realizar lo que deseamos por causa de algunos pensamientos que nos impiden intentarlo.

Y aquí no estamos hablando de pereza o falta de motivación, sino de creencias limitantes. Este término es famoso y se refiere a una serie de ilusiones que construimos en nuestra cabeza y que le ponen límites a nuestro crecimiento.

No es raro que un pensamiento pesimista nos impida seguir nuestras ambiciones positivas. Pero, al final, ¿qué son las creencias limitantes y cómo superarlas?

¡Lee este texto y descúbrelo!

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¿Qué son las creencias limitantes?

Cuando hablamos de creencias limitantes nos referimos a percepciones de la realidad que construimos, y que se arraigan en nuestra mente, sobre las cuales no tenemos dudas.  

Estos pensamientos operan como límites que condicionan las decisiones que tomamos y nos impiden salir del lugar, arriesgarnos y crecer. Por eso también los llamamos “creencias limitantes”. Y generalmente es difícil cuestionar lo que creemos, ¿verdad?.

¿Quieres un ejemplo de creencias limitantes?

Cuánta gente se dice a sí misma: “Me gustaría tener mi propio negocio, trabajar con lo que me gusta y organizar mi tiempo de una mejor manera pero no creo que sea capaz de arriesgarme a intentarlo”.

Por algún motivo —que puede provenir de las experiencias en la niñez, de las relaciones sociales o incluso de una percepción personal—, creemos que no merecemos lo que deseamos.

Más que un problema de baja autoestima, estamos ante una creencia limitante. Al final, fue ese pensamiento el que impidió el movimiento en dirección a la vida que queremos tener.

Y para poder romperlas es necesario entender mejor de dónde surgen. ¿Empezamos?

VIDEO | Emprende tu negocio y deshazte de las creencias limitantes

1. Entorno familiar en la niñez

El medio en el que crecimos, principalmente durante la primera infancia, tiene un poder inmenso de moldear nuestra personalidad.

La manera como somos vistos por los familiares con los cuales convivimos en nuestra infancia (sobre todo hasta los 7 años) determina, en gran parte, la percepción que tenemos de nosotros mismos y que llevamos a la vida adulta. 

Por ejemplo, si te han dicho que no eras un niño o niña inteligente porque no te iba tan bien en la escuela, en esa época tu mente lo creyó, y tal vez nunca te hayas animado a estudiar lo que querías. Al final para qué intentarlo si ya sabes que no eres inteligente. ¿Lo ves?

Pero este tipo de situaciones no significan, necesariamente, que no recibías amor y cuidados, o que las personas lo hacían a propósito para lastimarte. En muchos casos, esto se debe al propio bagaje cultural y social que tus familiares traían, y que no pudieron evitar reproducir contigo.

2. Experiencias sociales

Las creencias limitantes que provienen de las interacciones sociales también son extremadamente comunes, y se extienden a la adolescencia y vida adulta.

Y es que después de que nos insertamos en lugares de convivencia diversificados —la escuela, la iglesia o un curso de teatro, por ejemplo—, empezamos a tener contacto con otros mundos que van mucho más allá del que nos presentaron en casa.

Esto hace que salgamos del lugar conocido, que es nuestra familia, y nos enfrentemos a otras relaciones. De esta manera estamos expuestos a nuevos prejuicios y una serie de cuestiones sociales como bullying, machismo, racismo, gordofobia, etc.  

A partir de estas experiencias, se originan y establecen varias creencias limitantes. Muchas veces, cuando parece que no te encajas o no tienes la aceptación social suficiente, te lo atribuyes como un problema propio y te sientes rechazado, incapaz, sin valor, etc. 

3. Personalidad

Además de los factores que hemos mencionado, existe otro que tiene que ver con lo que somos y lo que traemos en nuestra personalidad. Por eso es imposible decir que pasar por una determinada experiencia afectará a todos de la misma manera.

Las emociones y la forma de ver el mundo, aunque también sean construidas, son parte de la individualidad.  

Y esto también se refleja en la forma que intentamos darle la vuelta a las creencias limitantes, o cuánto tiempo nos lleva tomar una iniciativa para superarlas.

¿Cuáles son las creencias limitantes más comunes?

Solo tienes que fijarte: cuando alguien te propone algo muy interesante o cuando surge alguna gran oportunidad profesional en tu vida, ¿sueles rebatir enseguida con alguna frase pesimista?

Si es así, ¡tenemos una alerta de creencia limitante! Mira algunos ejemplos muy comunes que se pueden aplicar a diversas situaciones:

Imagen de la lista de ejemplos de creencias limitantes.

Probablemente puedas identificar situaciones en las que has pensado alguno de estos ejemplos, ¿verdad? La lista es inmensa y no se resume solo a estas creencias limitantes, sino que incluye, básicamente, cualquier pensamiento que pueda impedirte de, por lo menos, intentar algo.

Como puedes imaginar, tienen un efecto negativo, pues limitan tu crecimiento personal y la posibilidad de que aproveches tus capacidades al 100% para alcanzar el anhelado éxito profesional.

¿Cómo superar las creencias limitantes?

A esta altura del texto, ya debes de haberte dado cuenta de que el manejo de las creencias limitantes es un verdadero desafío que nos exige, ante todo, resiliencia, ¿no es así?

Esto es porque ellas crean raíces y, cuando provienen de largo plazo, nos demandan mucho esfuerzo y un gran trabajo interno para superarlas. 

La verdad es que no puedes cambiar el pasado, las experiencias que has tenido o las personas con las que has convivido. Por mucho que nos duela, no vale la pena sufrir pensando que “si hubiese sido diferente…”, pues no podemos volver atrás.

Pero lo que sí puedes cambiar es el ahora. Usa el presente como espacio para empezar a superar las creencias limitantes que están arraigadas en tu mente.

Independientemente de cómo se originaron, pueden romperse con la identificación de las causas, cambios en tu rutina y con ajustes en la forma en la que ves el mundo y te ves a ti mismo(a).

Mira lo que te ayudará a desprenderte de esos pensamientos.

1. Atrévete a salir de tu zona de confort

El primer paso —y tal vez el más difícil— para deshacerse de las creencias limitantes es salir de la zona de confort. No tener miedo de entrar en territorio desconocido y abrirse a los cambios es esencial para superar tus propios límites y crecer a nivel personal y profesional.

Esto no quiere decir que tengas que abandonar por completo los lugares en los que sientes seguridad y que te traen frutos. Sino que se trata de agregar nuevas experiencias.

Por eso, experimenta situaciones, círculos sociales u objetivos completamente diferentes de todo aquello a lo que ya estás condicionado.

2. Aléjate de las causas

Identificar los motivos que te conducen a las creencias limitantes también es muy válido. Si las personas con las que creciste fueron muy rígidas o exigentes y te hicieron creer que fallabas aunque lo intentabas, ¿qué tal ganar un poco de distancia y cultivar otro tipo de referencias? 

Esto no significa que tengas que alejarte de tu familia y tampoco tiene que ver con el amor que pueda haber entre ustedes, sino que la distancia puede ayudarte a reconocer mejor lo que debes trabajar en tus relaciones familiares y cómo sanar lo que aún te limita. 

Si es la persona que tienes al lado que te hace sentir que no mereces la felicidad y los logros que alcanzas, vale la pena tener una conversación seria y sincera. Compartir la vida con alguien que te ayuda a crecer y a quien tú también puedes ayudar es importante.

Piensa que cuanto más saludables sean tus vínculos, más amor podrás construir con quienes te relacionas.

3. Trabaja tu mente y tu espíritu

Por último, dominar tu mente y cultivar tu espíritu es esencial. Es posible trabajar las frustraciones que arrastramos por años, los miedos que nos paralizan, o hábitos perjudiciales para nuestro crecimiento, como por ejemplo, procrastinar

Cuestionar tus conceptos sobre ti mismo —creer más en ti, en tus habilidades y en tu competencia—, confiar y agradecer por lo que es posible en tu vida, puede traer un estado de libertad y paz que hará que fluyas mejor.

Este cambio no es de un día para el otro y muchas veces se puede hacer más difícil de lo que nos gustaría. Pero la buena noticia es que lo más importante en este proceso depende de ti: tomar la decisión de hacerlo. 

Sigue leyendo porque más adelante te presentamos algunos de los caminos posibles.

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3 ideas prácticas para romper las creencias limitantes

Como lo has podido ver, no es imposible superar las creencias limitantes (¡creer en eso ya sería caer en la propia trampa!).

Las formas para que hagas tu trabajo interior son infinitas, y seguramente encontrarás las que te hagan sentir más a gusto. Lo mejor es que elijas una forma de hacerlo que realmente creas que puede contribuir.

Eso sí, mantén tu corazón abierto para nuevas posibilidades y, sobre todo, ¡confía!

Te presentamos aquí algunas opciones que pueden ayudarte a vivir con menos creencias limitantes y a explorar todo tu potencial.

1. Medita y practica Yoga

Estas prácticas milenarias te traerán beneficios a nivel físico, mental y espiritual pues te ayudan a controlar tu mente, bajar los niveles de ansiedad y lograr una mejor conexión con tu ser. 

Tanto de una como de otra, existen diferentes formas de practicarlas, así como estilos, y eso hace que muchas personas puedan incluirla en su rutina en diferentes lugares (hasta en tu propia casa).

Es recomendado comenzar con un maestro o maestra que puedan guiarte. Y para ello, recuerda que existen opciones tanto presenciales como online.

2. Ejercítate

Está comprobado que hacer ejercicios físicos es importante para la salud de manera general pues los desafíos te ayudarán a ganar autoconfianza, a superarte y también a controlar la mente. Además, claro, de generar un bienestar físico y emocional

Al principio puede ser difícil pero con constancia y objetivos posibles, lo conseguirás. Si tienes la oportunidad, sigue la orientación de profesionales adecuados para que puedas hacerlo de manera segura y saludable.

3. Apuesta al autoconocimiento 

En este punto, las posibilidades son muchísimas. Desde la psicología más tradicional hasta las llamadas terapias alternativas —como constelación familiar, acupuntura, terapias florales, etc—, todas estas prácticas te posibilitarán encontrar y trabajar las causas de tus creencias limitantes.

Desde diferentes lugares y con diversas herramientas, cualquier tipo de terapia busca contribuir con tu autoconocimiento y auxiliarte para que logres un equilibrio emocional, mental, físico y espiritual.

En conclusión, para trabajar y superar las creencias limitantes y aprovechar todo tu potencial ¡es necesario que te desafíes!  

Pregúntate y cuestiona “¿qué es real de todo lo que pienso y creo?”. Encuentra y haz tu propio camino a través de tus vivencias. Seguramente te fortalecerás y, de a poco, le quitarás a tu mochila el peso de la inseguridad, las dudas, el miedo al fracaso y las frustraciones (aunque sea un poco). 

Dale valor a tus experiencias y anímate a ir por más, ¡la vida es hoy! El resultado será alcanzar nuevos logros profesionales y tener más calidad de vida.

¿Qué tal? ¿Ya te sientes más ligero? 

Para que te motives y des el primer paso en dirección a lo que deseas te dejamos una historia para inspirarte.

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Este post fue publicado originalmente en mayo de 2019 y ha sido actualizado para contener información más precisa.