Hay ocasiones en las cuales pensamos mucho antes de  tomar una decisión. A  veces dejamos de priorizarnos y ponemos en segundo plano lo que es realmente importante: nosotros mismos y las mejoras en nuestras vidas.

A menudo se priorizan otros aspectos de la vida sobre la oportunidad de mejorar como persona, ser más saludable, y entender mejor la vida. 

La verdad es que no hay mejor inversión que la que se hace para sentirse bien, para cambiar de vida y para ser felices, pues esto debe ser el centro de todo lo que realizamos.

Y la persona más indicada para contárnoslo es alguien que ha pasado por esto y que encontró la solución.

La preocupación no te lleva a la satisfacción 

La historia de Carmen comienza en una etapa donde ella sentía que no podía más, cuando su autoestima no era la que ahora posee, ni sus hábitos eran los mejores.

Carmen en aquellos tiempos sufría ansiedad y para combatirla, se refugiaba en la comida, sin seguir una buena alimentación. Esto, obviamente tuvo consecuencias en su vida diaria, ya que no era la mejor forma de abordar la situación.

A raíz de los malos hábitos alimenticios, Carmen aumentó de peso, no se sentía bien consigo misma, y cuanta más ansiedad tenía, más se apoyaba en esa rutina que le alejaba del bienestar. Sin duda era un círculo vicioso que poco a poco comenzaba a afectar su desarrollo personal. 

Carmen sentía que, si no encontraba una solución, las cosas seguirían yendo cada vez peor, que no sería la madre que esperaba ser, ni la persona que quería ser.

Pagaba mi ansiedad con la comida. Sentía que no llegaba a todo y que estaba fracasando como madre.

La reflexión lleva al cambio

Sin embargo, Carmen tuvo la fuerza y la autocrítica para analizar la situación y ver que esa no era la vida que ella quería. 

Darse cuenta de lo que estaba fallando, significó un antes y un después para Carmen, pues sólo puedes darle solución a un problema cuando eres consciente de que tienes ese problema, lo aceptas y reúnes el valor para enfrentarlo.

Esta es, justamente, la gran lección que Carmen se llevaría para poder cambiar su vida.

Solo cuando sabes lo que te pasa, puedes poner solución.

En búsqueda de la solución

Carmen había identificado el problema, las causas que le habían llevado a él y también los efectos negativos que este había traído a su vida. De esta forma empezó a buscar soluciones.

En esa búsqueda constante de alternativas, Carmen encontró el curso que le cambiaría la vida. 

Un curso online llamado “Nutrición emocional” creado y brindado por Fran Sabal, cuya metodología, basada en la buena nutrición y estrategias de reprogramación mental, tiene como finalidad sanar el cuerpo y la mente para sacar lo mejor de las personas.

Fue tal la confianza que Carmen sintió en este curso, que dejó de lado las dudas e inseguridades y decidió invertir en ella. A través de Hotmart, pudo trabajar consigo misma y cambiar el estilo de vida que hasta ahora había llevado.

Solemos pensar que pagar por algo “intangible” no merece la pena, pero cuando ves todo lo bueno que trae invertir y trabajar en ti misma, las dudas se van.

La felicidad que brindan los buenos hábitos

Para que la vida y los hábitos a los que estaba acostumbrada Carmen cambiasen, hacían  falta algunos ingredientes más. Además del curso que había comprado, Carmen añadió  una buena dosis de perseverancia, voluntad y ganas de mejorar.

Tanto fue así, que después de un tiempo, Carmen vio los frutos de su trabajo: se sentía más saludable, activa y más segura de ella misma.

Sin duda alguna, los resultados fueron los mejores, Carmen por fin estaba feliz y había descubierto que la buena alimentación y la disciplina habían tenido un impacto positivo directo en su mente y en su cuerpo.

Incluso, ¡empezó a subir sus propias recetas de comida saludable a Instagram y a TikTok!

Toda su familia se dio cuenta del gran cambio y ahora Carmen es la mujer que quiere ser y solo así puede dar lo mejor de sí misma.

Ahora me quiero, me cuido y sé lo que necesito.

Al igual que Carmen, decídete a vivir tu mejor versión y cambia tu vida. Conoce más historias como esta: