¿Qué significa meritocracia y cuáles son los mitos y verdades sobre este sistema?

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¿Qué significa meritocracia y cuáles son los mitos y verdades sobre este sistema?

Probablemente has escuchado la palabra meritocracia, pero ¿sabes qué significa? Descúbrelo en este post.

Hotmart

13/12/2022 | Por Hotmart

La Meritocracia es un sistema de recompensa por mérito individual. Es decir, cuando el criterio para conceder determinado premio o ventaja es el esfuerzo y la dedicación de la persona exclusivamente.

Este sistema está ampliamente difundido hoy en día y lo utilizan diversas instituciones y organizaciones. Por ejemplo, el gobierno, cuando contrata personas por medio de concursos públicos, y las empresas, para reconocer empleados.

En términos generales, la meritocracia es un tema polémico, teniendo en cuenta las críticas que recibe.

Esto ocurre porque, a pesar de que es una representación reconocida de justicia en las sociedades occidentales modernas, algunos estudiosos defienden que, para alcanzar determinados logros, las personas no dependen solo del esfuerzo personal.

Los críticos argumentan que hay cuestiones subjetivas y complejas que pueden influir en el resultado. Básicamente, aquellas que dependen de la suerte, es decir, que están fuera de nuestro control.

Por ejemplo, cuando 2 personas de base familiar y socioeconómica diferentes intentan ingresar en una universidad y el único criterio del proceso selectivo es la meritocracia.

Imagínate que una tuvo acceso a educación de buena calidad y apoyo familiar; mientras que la otra no lo tuvo ni pudo frecuentar la escuela todos los días. Esta última necesitó ayudar a la familia financieramente con un empleo paralelo a los estudios.

Para los críticos, el proceso no será tan justo en esta situación.

Casos específicos como este, son los que sostienen el cuestionamiento de la efectividad del modelo meritocrático. Sin embargo, no se puede generalizar las críticas a todos los casos.

El sistema de meritocracia puede ser bien aprovechado, principalmente cuando las condiciones y bases de quien participa en el proceso son prácticamente las mismas.

En el ambiente corporativo se puede hacer buen uso de la meritocracia como criterio para promoción y bonificación, pero también para incentivar la productividad de los colaboradores.

En este post, te vamos a mostrar cómo aplicar la meritocracia en el ambiente de trabajo de forma justa. Pero antes, vamos a conocer los principales mitos y verdades sobre este sistema. ¡Síguenos!

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Mitos y verdades sobre la meritocracia

Como ya has podido ver, hay varias cuestiones sobre la meritocracia que deben considerarse.

¡Trajimos algunas para que reflexionemos juntos!

Mitos

La meritocracia es siempre justa

Como explicamos antes, algunos estudiosos tienen motivos para argumentar que no siempre la meritocracia, como único criterio, es justa para ofrecer recompensas.

Este mito también puede ser sostenido por diversas investigaciones. Robert H. Frank (profesor, columnista de The New York Times y autor del libro Éxito y Suerte – El Mito de la Meritocracia) es uno de los estudiosos que disertó sobre este tema.

Según el profesor Frank “contamos con el sistema más cercano a la meritocracia que hemos tenido, por eso tendemos a pensar que quienes logran el éxito son muy trabajadores y talentosos. Pero resulta que también es cierto que, a menos de que tengas suerte en momentos críticos, no triunfarás.”

Además, otras evidencias comprueban que, principalmente en países donde hay más desigualdad, la diferencia de oportunidades, junto a la obra del acaso, hacen de la meritocracia un privilegio para pocas personas.

Se puede aplicar la meritocracia en cualquier caso

No hay dudas de que es verdad que la meritocracia originó procesos más justos a lo largo del tiempo. El mercado de trabajo es un ejemplo de que este sistema contribuye a reducir la discriminación por raza y género, por ejemplo.

Entretanto, esa premisa no funciona en cualquier caso. Para que la meritocracia sea aplicada de forma ideal, debe haber, como mínimo, un “punto de partida” común entre los competidores.

Observa esta imagen:

Imagens representando três pessoas de alturas diferentes atrás de um muro, que os separa de um campo de baseball. Na primeira imagem, as três pessoas recebem caixas do mesmo tamanho, o que mantém a diferença de altura entre eles e o mais baixo continua sem ver por detrás do muro. Na segunda imagem, a pessoa mais alta não recebe caixa, a do meio recebe uma caixa e a última recebe duas, assim, todos podem assistir ao jogo.

La imagen anterior representa una metáfora para explicar la diferencia entre igualdad y equidad. Podemos establecer una relación con la meritocracia también, ya que su principio es ser un sistema justo.

En la situación a la izquierda, los espectadores del juego, aunque tengan diferencias de altura, reciben el mismo cajón como apoyo para ver el partido. Pero aun así, la barrera impide que el más bajo pueda ver.

A la derecha, el más bajo recibe dos cajones, el del medio recibe uno, y el más alto, que no lo necesitaba, no recibe ninguno.  De esta manera, todos tienen las mismas posibilidades de ver el partido.

Es decir, en este caso, como la situación de desigualdad fue corregida, los sujetos se encuentran en “igualdad de condiciones”. Partiendo de este principio, un proceso meritocrático podría funcionar bien.

En las empresas, es posible aplicarlo, estableciendo criterios claros, con equidad y evitando privilegios, para que el sistema funcione de forma justa y eficiente.

Verdades

El sistema meritocrático es un avance con relación a modelos más desiguales

Se sabe que antiguamente, las posiciones jerárquicas eran definidas mucho más por herencia, clase, familia y factores que no dependían del propio individuo, sino de las circunstancias en que se encontraba.

Con la ascensión de la meritocracia, las oportunidades de elegir y el reconocimiento del esfuerzo, independientemente del origen de las personas, abrieron diversas puertas para impedir que el determinismo definiera el futuro de los individuos.

Además, hoy el mérito es un criterio importante para el buen funcionamiento de diversos procesos y para la distribución de recursos.

A pesar de estar lejos de lo ideal, se pueden observar resultados positivos, principalmente en organizaciones privadas, donde se puede crear un sistema bien definido y justo.

La meritocracia funciona como un motivador en las empresas

Es un hecho que uno de los principales beneficios que trajo la recompensa por mérito, es la fuerza productiva que origina en las empresas.

Y, además, es buena para el empleado, porque él entiende que su esfuerzo será recompensado. Por lo tanto, la meritocracia es un importante elemento motivador en el trabajo.

Al crear competitividad, las empresas pueden sacar provecho del sistema meritocrático para ofrecer oportunidades como promoción, bonificaciones, premios por productividad, entre otras cosas.

Para aplicar la meritocracia de forma justa, debe crearse un proceso claro y medible

Recordando uno de los dos mitos, la meritocracia no es siempre justa. Sin embargo, las organizaciones privadas tienen la posibilidad de aplicar este sistema de forma justa.

Basta crear oportunidades iguales para todos, considerando las diferencias y creando un “punto de partida” común para los competidores.

Además, se necesita planificación y claridad sobre los criterios y formas de evaluación, para que sean medibles y no subjetivos.

Imagino que puedes estar pensando: “¡Hummm, pero esto parece difícil de aplicar!”

No te preocupes, te vamos a explicar cómo implantar la meritocracia de manera innovadora. ¡Quédate con nosotros!

Meritocracia en el ambiente de trabajo

¡Ahora que entendiste el debate sobre meritocracia y sabes que puedes implantarla de forma justa, fíjate en lo que necesitas para hacerlo!

¿Cómo aplicar la meritocracia de manera justa en tu empresa?

El primer paso es entender las implicaciones de la meritocracia y que factores externos siempre van a interferir en el buen funcionamiento del sistema. Esta parte ya la sabes, ¡entonces vamos al próximo paso!

Para proponer un proceso adecuado, comienza delineando en qué situación será aplicada la meritocracia. Responde preguntas como:

  1. ¿Cuáles serán los criterios?
  2. ¿Quién participará en el proceso? ¿Estas personas están partiendo de un punto común? Si no, ¿qué se puede hacer para disminuir las desigualdades y proporcionar las mismas oportunidades para todos?
  3. ¿Cuál es la finalidad?
  4. ¿Qué será evaluado?
  5. ¿Hay algo que deba considerarse además del esfuerzo individual? Si lo hay, ¿qué influencia tendrá?
  6. ¿Cuál es la meta?
  7. ¿Cuál será la retribución?

Después de la planificación, debe publicarse un aviso u otro documento, dependiendo de la situación, para hacer la divulgación para todos los competidores. Así, todos pueden observar e identificar el propio desempeño a lo largo del proceso.

De esta forma, habrá más transparencia y todos podrán dar lo mejor de sí, pues estarán informados sobre lo que la empresa espera de ellos.

Otro punto es el seguimiento. Por ejemplo, para recompensar con una promoción, en un plan de cargos y salarios, después de la divulgación del documento con los criterios y demás definiciones, el líder debe estar siempre darle seguimiento a los empleados.

Estos seguimientos deben incluir feedbacks que reflejen cómo está el desarrollo de la persona en la carrera. Pueden ser presentados los puntos fuertes y débiles y una orientación para la mejoría de lo que falta para lograr lo esperado.

Si la intención es usar la meritocracia para contratación, también es importante pensar en el contexto de la organización. Para crear un proceso justo, es importante saber que un buen ambiente de trabajo tiene diversidad de personas e ideas.

Es decir, en la planificación del proceso, considera una retención plural de talentos, creando formas de incluir a quienes tienen características que faltan en el ambiente, para tener un negocio más eficiente y productivo.

Son diversas ventajas. Si quieres conocerlas todas y aplicar una meritocracia cada vez más justa, lee nuestro post que explica cómo tener calidad de vida en el trabajo.

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